20 de febrero de 2008

¿Que quiero yo para vivir?

Después de leer a Linyu Tan me pregunté, ¿que quiero yo para vivir?, y la lucha comenzó…, hay tantas cosas, (soy tan ambiciosa), quisiera desaparecer en la vida para ser en cada cosa que veo, quisiera poder brotar en el verde y morir cada tarde junto al sol, quisiera convertir mis deseos en quietud, despertar en las palabras para que fueran más explicitas, quisiera dejar de ser “hermosa” para que no vean mi rostro y se detengan en mi alma, aunque lo de hermosa es tan relativo…, la señora de shrek es hermosa. Quisiera tener menos capacidad de amar y poder empinarme hasta donde duerme el desapego y empaparme las manos, los ojos y el pensamiento con él.

Quisiera…, quisiera ser poeta de los muertos, escribir poemas a los vivos, desarmarme en cada verso cuando estos logran escaparse de mis dedos, ser matriz de todos mi silencios para alcanzar esos mundos que por tanto ruido, no me permiten encontrar el camino.
En lo material?, bueno ahí quisiera tener una casa de muñecas, pero sin muñecas, ni colores, sólo un juego de tacitas de café, una cocinilla de juguete, como aquella que me acompañó en mi niñez, con muchas ventanas con vidrios con nueve cortes. Que dicha casa estuviera perdida en algún cerro nevado, con árboles inmensos, piedras vivas y arroyos solitarios, sin humanos cerca, bueno, tal vez un solo hombre, de esos que no existen porque son infinitos, de esos que te escuchan en silencio, que se meten en tu alma por los ojos, que sin palabras mantienen contigo…, conversaciones eternas. Si, con ese hombre sin rostro con el cual converso, uno que de profundo, me arrastre con él con su fuerza.

Que mis hijos, me visiten de tanto en tanto y quedarme en paz por saberlos completos e íntegros, como dos pinos eternos en un bosque sin tiempo. Quiero si, un montón de animales, ojala de dos y cuatro patas, los que tienen muchas me dan nervios y los que se arrastran me espantan. Mucho papel, tinta color cepia y una pluma. Un cajón lleno de sueños y un canasto de esperanza, para ir sacándola de a poco, muy lentamente, ¡para que nunca se acabe!, y regalársela al mundo cuando este muriendo de tedio.

Por último, lo que quisiera para mi, es ser más humana, menos animal, y aprender a vivir sin cargar en mi espalda; la vida de los que sufren, el dolor de los que mueren por iniciativa propia, y los recuerdos, con eso, podría ser por fin, como el aire, ser en cada cosa que veo, o tal vez…, ser el brote minúsculo en un tronco viejo, de un eterno árbol.

Los Lunes

Los Lunes

Los lunes se me hacen pesados, tanto que me cuesta transitarlos, siempre ha sido así, hoy particularmente es así, motivos?, hay muchos, hoy especialmente hay muchos.
En este lunes 18 de Febrero me quiebro al día, si, ya no quiero más lunes de resacas apagadas, quiero vivirme como si fuera sábado, esos me gustan, huelen a caricias, y ojos queridos, a languetazos de cuatro patas, a pastel horneado, a letras cargadas de sentido, a paisajes vivos, a una bicicleta incansable, a mis manos hurgándote, a mis deseos de tragarme el mundo con una rápida mirada, de esas que doy sin que me apremie la vida ni el reloj, ni la gente que no amo.
Tal vez si no fuera lunes, sería más amable, olería a primavera, o tal vez, sería como un silencio en la suite Nº 1 de Bach.
Si no fuera lunes los árboles lucirían seis tonos de verdes, la gente me estorbaría menos en el tacto y el mundo, el mundo estaría más liviano mientras se mueve en mi mano.
Tal vez, si no fuera lunes sería más amigable al desatino, la pobreza dolería menos en los ojos del huérfano, la riqueza sería amiga del luto, la puerta dolería menos en los dedos, los gobiernos destilarían cordura y sería la magdalena penitente de Tiziani mientras espero que llueva.
Con cada nuevo lunes, creo que respiro más lentamente.

22 de julio de 2007

Mi poesia

Estoy

Estoy blanca, tan nívea
con ojos en crepúsculo…
y estas manos verdes, tan verdes…
(brotan desordenadas
como hierba silvestre)

Estoy serena de dolores
quieta como una sombra
como una sombra de ángel.
Con tus ojos en mis dedos
con tu boca en mi vientre.

Estoy en un rincón
esperando queda,
esperando que caiga en mis yagas tu beso
y esos ojos,
esos ojos
que me ciegan,
aun arden en silencio.

Quiero I

Quiero sembrarme en la tierra
como una flor silvestre,
regarla con la yema de mis dedos,
acariciarla, que me acaricie
y ser en ella hasta el olvido de mí misma.
Enrollar mis dedos en margaritas blancas
que las esporas caigan de una sobre mi cara,
lentas, tenues, mágicas.
Prestar mi piel a las hormigas
para que tengan un festín de caricias
y soñar con las historias
que me teje el viento en el pelo.
¡Quiero también y como quiero!
recoger pizcas de cordura,
comprensión y claridad,
amasarlas con mis sienes
hasta sacarles el alma.
Esparcir mis pupilas al infinito,
bailar con cometas y dragones
y una furia de titanes.
Quiero la caricia del sol
subiendo por mis piernas
y brazos
y espalda,
que me arrulle, envuelva
y porque no, que me cante…
y así dormir para siempre
siendo tierra, siendo aire
siendo del cielo…
su eterno manto.


Seré…
Cielo mar y verso
aire, tierra
llano, ortiga,
Trigal lirio, espuma
Cause de tu mano
leño de tu fuego,
madrigal de tu pena
rocío de tu tierra.
Seré en los silencios perpetuos,
en las llanuras,
en los ojos que vive
la esperanza,
en los que muere el día.
Seré todas las ausencias
el beso inmaculado
las manos tendidas
la piel al cielo
seré
lo que jamás fue.
QUIERO XXIV
Quisiera a veces… ser viento,
perderme en nubes viajeras
y así no sucumbir al desconsuelo,
al dolor que se amarran a la falda
mientras juega coqueta con mis piernas…,
como si no existiera.
Ser huracán amigo para estar en todo,
ser brisa que lleve frescura a una risa muerta,
a una piel seca.
Pasearme libre entre cabellos
de árboles fuertes, por primaveras doradas,
en cerros y montañas gigantescas,
ser frescura para una flor silvestre que
que este muriendo de tedio.

Un hombre fuerte


Como necesito un hombre fuerte,
inmenso, de esos que te alcanzan
cuando estas pegada en una estrella,
o latiendo triste sobre una flor seca.

Uno que pueda tocarme con la esperanza,
que me acaricie el pelo con silencios
mientras pelea batallas urgentes
sólo por mí.
Uno que no tema,
que pueda pasearse
por mis venas sin miedo, fiero.
Que me riegue de besos
cuando la noche este pétrea, gélida.
Que caliente mi corazón con sus ojos y dedos,
uno que al apoyarme a sus pupilas
encuentre consuelo…,
Ay, si sólo quiero uno,
¡que me quiera sin miedo!


UNIVERSO

Universo, negro, azabache intenso,
de aterciopelado tacto, de intachable estirpe
nada a tus ojos escapa.
como pares mil formas, ¿Pregúntome yo?
¿que inmensos ovarios te permiten dar vida
sin asirte a perpetuos descansos?
Universo largo
inmenso,
eterno,
¿Dónde terminas?, dime, dime…
¿Donde comienza tu nombre a tallarse?

El impacto distante de gritos apagados
susúrranme entera que me impele en tus brazos.
Universo…, universo entero…, diáfano,
imponderable universo.
¡Cómo te curvas!,
¿En que caminos se enlazan
tus dedos?, miles de ellos…,
pinchan raudos mil puertas a mundos lejanos,
trazando hondas, uniendo espacios,
inundando cielos con nuevos latidos.
Negro azabache y a instantes azulado cosmos,
magistral arquitectura de manos sagradas.
Azabache firmamento, titilan tus luces cristálicas,
llamando en silencio…, tiznando mi mente
de azules recuerdos.
¿Que mentes brillantes inspiras distante,
ahí…, sin esfuerzo, solo, en perpetuo silencio?


Besarte
¿Besarte?,… jamás me cansaría de besarte
que mi boca se alimente de la tuya
de sacar el dulzor y la amargura.Que reviente en tu boca un beso mío
que se esparza en tus labios decidido
De besar esa boca, que ya es mía.
¡No me pidas que me canse, no podría!

Que tus besos dejen de bañarme,
que tus labios no se llenen de los míos,
que te canses vida mía de besarme
que me canse, cielo mío de rozarte.
¡No me pidas que me canse no podría!

Que se apague ese fuego que se enciende
cuando prendes en mi boca un beso tuyo
Que no puedo ya cansarme de estrujar,
cada día en tu boca un beso mío.

¿Que me canse vida mía de besarte?
¡No podría de besarte yo cansarme!

Necesito
Necesito beberte, en sorbos lentos
para que no te acabes nunca
tener un tiempo infinito degustando,
las líneas de tus dedos,
el negro de tus ojos
lo húmedo del bosque que emerge
erguido cercándote el corazón.

Necesito…, que te quedes en silencio
para ser, plegaria de tu boca,
beso de tus manos
silencio de tus noches.
Quiero inventes un universo
¡donde pueda ser origen!
y así… expandirme sin tiempo
en los cedros de tu tierra.
Ser el movimiento que perpetuo nos envuelve,
en tu textura, en tus cráteres y abismos.

Necesito… parir la vida
que engendras en mí cada vez
que me disuelvo en tus muros,
amamantarla con mis manos
que de tanto alimentarla, viven fértiles.
Necesito, que te quedes quieto
cuando mi boca te dibuja,
que me mires en respetuoso silencio,
como si fuera yo una Diosa que te sirve de matriz
para engendrar el rubí que vestirá tu alma
de lumínica presencia.

¡Que te fundas en mi carne!,
¡¡que seas mi sangre!!
mi palabra…
mi silencio…

Necesito que me ames…,
más que con el cuerpo,
más que con los dedos
más que con aquello…
que te viste de firmeza,
Necesito que me ames…
con la sutileza de aquello que no vemos,
porque es más grande que este cielo,
quiero que me ames…,
con el alma…, con esa alma que late silenciosa
entre tus dedos.

Bendice
Bendice sus manos señor…, bendice
ese rostro angélico
que cobija en secreto
un amor tardío…
Esa boca risueña,
licor de pecados,
ocaso infinito.
Bendice…
Esos espejos profundos
negros de universo,
hondos de viejos
¡Como atraviesan mi alma!
¡Ay, bendice señor!
Otorga resguardo a su voz
para que no se apague nunca,
si al escucharla os digo
que en un encanto perdido
queda inflamado el corazón.
Pecadora de sus dedos
me confieso yo,
con el solo roce
que el viento en letanía
derrama en mis yermas,
cual hoja perdida
quita mi fulgor.
Por eso te pido Dios,
Señor de los Señores
bendice al hombre
que roba sin darse cuenta
en silencio, mi razón.